lunes, 2 de marzo de 2009

Patxi López



Patxi López: "Me siento legitimado para encabezar el cambio"


Por los pelos y con la máxima complejidad. Pero sucedió. Al diputado del PNV Josu Erkoreka le perseguirá como una pesadilla haber dicho que en Euskadi era más difícil que pudiera haber un lehendakari socialista que ver a un cerdo volando.


Los resultados de las elecciones celebradas ayer permiten que eso sea posible si el PP y UPyD, el partido de Rosa Díez, apoyan la elección de Patxi López. La suma de sus representantes le otorgaría la mayoría absoluta para obtener la investidura frente al bloque nacionalista integrado por PNV, EA, EB y Aralar. Y más que posible, es probable, por no decir inevitable. El PP y UPyD tendrían harto difícil explicar que sus votos permiten la continuidad de un lehendakari soberanista. Este es, al menos, el análisis que hacen los socialistas.


El entusiasmo se desató incontenible en el hotel donde el PSE montó su cuartel general. No era para menos. Los socialistas obtuvieron un resultado histórico. Es así por dos razones: aunque no logra arrebatar al PNV la condición de primera fuerza, obtiene más escaños que nunca en el Parlamento vasco pasa de 18 a 24, casi un 50% más y tiene sólidas opciones de gobernar después de 30 años con lehendakaris nacionalistas.

Pero nadie quiso dar rienda suelta a la alegría hasta que el resultado fue definitivo. El recuento fue de infarto hasta el último minuto, con la mayoría absoluta bailando del bloque nacionalista al constitucionalista, lo que obligó a la cautela hasta el último momento.
Patxi López midió los tiempos como si fuera el ganador y demoró su comparecencia para ser el último de los aspirantes en hablar. Como había anunciado en la campaña, presentará su candidatura a la investidura.


"Con estos resultados me siento legitimado para liderar el cambio. Mantengo la palabra. No renuncio a presentar mi candidatura y recabar los apoyos necesarios para ser el próximo lehendakari", dijo pasadas las 11 de la noche el líder del PSE. Y subrayó que, en su análisis de los resultados, "la sociedad vasca ha dicho que quiere el acuerdo entre diferentes".


La dirección socialista de Euskadi forma una piña en torno a la decisión de arrebatar el poder al PNV y empezar a gobernar en minoría, con un gabinete monocolor e importante participación de independientes que busque acuerdos transversales.