viernes, 12 de diciembre de 2008

Lo peor de la Política



Por supuesto de nunca he estado a favor con las Comnidades Autónomas que han pretendido su autodeterminación, y mucho menos con sus campañas que dejan mucho que desear de ejemplo de civismo y de democracia. En tan sólo unos días hemos oido a dos políticos que han dejado para la historia de este País dos perlas oratorias que quedarán para el recuerdo.

Uno es Joan Tardá de ERC con frases como "muerte al Borbón" y el otro el octogenario, y fundador de la derecha dura de este País, Fraga Iribarne, con otra frase de que "a los independistas había que colgarlos". En democracia, actitudes como esta no tienen ningún sentido, y menos cuando se dice desde el reproche por ganar votos cuando se esta perdiendo la confianza de sus votantes, como es el caso primero, y en el segundo caso, cuando se llega a una edad, en la que uno pasa de la política oficial y saca de su yo, lo que de siempre ha llevado dentro.

Jugar con la política según los estados de ánimos o segun los intereses de la captación de votos, no es precisamente lo que fortalece a la democracia, y por supuesto a la estabilidad de una sociedad. Entonces que ocurre?, pues a mi parecer que en algunos Partidos existen verdaderos beyacos, brutos incoscientes, que por muy revestidos de diputados parlamentarios, no dejan de ser unos imbéciles que por estar uno en contra de la Monarquía y el otro en contra de las Autonomías, se inflan chillando como una soflama incendiaria, haciendoun ejercicio de infantilismo irresponsable harto deplorable.

Siguiendo con estos dos personajes, diría que ninguno de los dos se toma la política en serio, uno, que como acabo de decir, por su edad, por su mentalidad casi senil, le está haciendo ser el Fraga que toda la vida ha llevado dentro, pero que ha sabido ocultar con gran perseverancia, y el otro, me aventuraría a decir que es mas bien una cuestión de Partido. Esquerra es un partido en el que continuamente sus lideres se devoran sus líderes con bastante voracidad y necesitan marcar paquete ante sus votantes, chillando en la arena de los mitines, quizás para hacerse perdonar por haberse manchado de poder.